El Gran Secreto de la Santa Muerte


Para empezar has de limpiarte como he comentado antes, porque es fundamental que el ambiente esté limpio y se realice limpieza en el plano físico.

Utiliza el mortero para usar la mezcla para limpiar, la cantidad suficiente para sahumar el ambiente que quieres limpiar. Cuando estés preparado para empezar, enciende la vela y relájate, visualiza la energía negativa que sale de tu cuerpo y ves como te vas limpiando. Deja que se consuma la vela hasta el final y tira lo que quede (aunque no se haya consumido del todo).

Es importante que cuando hayas terminado de limpiarte internamente, visualices que toda esta energía negativa se quema y desaparece.

Bendice el agua, la sal y el incienso (también puedes usar agua bendita), y echa una pizca de sal en el agua. Luego recorre las esquinas de las habitaciones de la casa con el incensario. Detente encada rincón y suelta el humo. Visualiza una luz que se expande y empieza a envolver la casa.

Detente en cada puerta y cada ventana, haciendo lo mismo y recita lo siguiente: “Bendigo esta… (Puerta, ventana, habitación, casa)”.

Una vez hayas terminado, coge la copa con agua y sal y recorre la casa haciendo una cruz con la copa en todas las paredes de la casa. Para finalizar, vuelve al sitio donde quieres poner el altar y revisa mentalmente si quedó algún sitio o espacio oscuro en el que pudiera haber quedado negatividad o tú lo notes.

Limpieza del altar

Para poder realizar la limpieza espiritual, se necesita hacer un rito y petición a la Santísima Muerte. Ingredientes que necesitamos:

Incienso que te guste

Bebida de alta graduación como: Aguardiente, mezcal, tequila etc.

3 velas o velones blancos

flores y jarrones

un cigarrillo o puro

cerillas de madera

Utiliza las flores que puedas comprar, si puede ser que alguien te las regale o si puedes, cortarlas de tus propias macetas.

Primero deberás beber un trago de la bebida que has escogido, después tomarás otro trago y rociarás con la bebida en la boca, tu lugar de culto, esparciéndolo por todo el sitio dedicado a ello. Es importante que solo esparzas el contenido de un solo trago, teniendo en cuenta de poner el altar en un sitio bien ventilado y sin ninguna llama encendida, para no provocar accidentes. Después reza 3 Padrenuestros y 3 Avemarías.

Llena el vaso de la Santísima Muerte con la bebida, después encenderás el cigarrillo o puro con cerillas de madera. El humo que salga lo soplaras hacia el altar y a la imagen, y lo harás nueve veces y luego rezarás la siguiente oración:

“En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo,

inmaculado ser de luz divina,

te imploro me concedas los favores que te pida,

hasta el último día, hora y momento

en que su Divina Majestad

ordene llevarme ante su presencia.

Muerte querida de mi corazón,

no me desampares de tu protección.

Así sea.”

Enciende las velas o velones y los inciensos, mientras rezas y coloca las flores en los jarrones. Para conseguir la consagración del altar se necesitan 9 semanas; cada viernes a partir del primer viernes, rezarás nueve veces la oración o novena, teniendo las velas o velones encendidas, junto con el incienso, y cambiando las flores si están mal, ya que se necesita que tengan siempre buena apariencia.

No se puede interrumpir el rezo de la consagración, y si por cualquier motivo lo haces, deberás volver a empezar desde el principio; esto puede ser una señal de que aún no estás preparado y convencido para iniciar el culto y manejar energías tan poderosas.

Para poder empezar el altar se montará en el siguiente orden: primero el altar, y reza la oración a la Santísima y algunos padrenuestros. Una vez colocado el mantel, se enciende una vela o velón blanco consagrado a ella y se debe rezar nuevamente, se enciende con la mano derecha.

Ya con la vela encendida se coloca la imagen que se ha elegido. Debe ser limpiada un día antes y habiéndola dejado al sereno la tarde anterior. Para potenciarla más, se puede impregnar del perfume que utilizas. Es muy importante realizar todo esto sin gente ajena a la casa, para que no enturbien sus energías.

Para limpiar el altar se recomienda cada 9 días, 18 días o 27días. Si te pasas de fecha se puede limpiar un martes, al mediodía preferiblemente; nunca en la madrugada, tarde o noche, ni tampoco cuando exista mal tiempo.

Se lava el mantel, se sacuden los platos, vasos, incensarios y demás elementos. Excepto el mantel, los objetos se limpian con un trapo húmedo o se sacuden, pero nunca se lavan, porque se debe conservar la esencia de la ofrenda allí depositada. Se limpia el recipiente y se vuelve a poner en su sitio. En el mantel se deposita toda la energía buena y mala del altar; por ello se lava para mantenerlo siempre puro.


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